Conservación del Patrimonio
La restauración del lienzo extramuros de la Muralla de la Macarena revela nuevos detalles sobre cómo fue construida y cómo funcionaba defensivamente la antigua cerca de Sevilla
* La muralla era en esencia más blanca por la gran cantidad de cal empleada para componer el tapial con el que está construida, y presenta numerosas lanceras y saeteras desde las que se disparaban lanzas y flechas a los enemigos que intentaban acceder desde el foso
* Esta intervención constituye la tercera fase de las cuatro programadas por el Ayuntamiento para la recuperación de los 560 metros de extensión de todo el tramo, del que ya se ha consolidado la cara interna y el Arco de la Macarena, y que incluye también la rehabilitación de la Puerta de Córdoba
Cara exterior o extramuros de Muralla, que incluye la barbacana y la liza, y que está siendo restaurada por la Gerencia de Urbanismo
19/05/2023
Cualquier actuación sobre un Bien representa una oportunidad para descubrir aspectos hasta el momento desconocidos sobre ese elemento. Frecuentemente, las operaciones de restauración generan descubrimientos a veces inesperados que permiten conocer mejor el pasado y la historia del monumento sobre el que se interviene, llegando incluso a revelar detalles de la sociedad, la organización, la vida y las costumbres de otras épocas.
Desde octubre del pasado año la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente está restaurando y consolidando la cara exterior de la Muralla de la Macarena, comprendida entre el Arco de la Macarena y la Puerta de Córdoba, y declarada Bien de Interés Cultural con la categoría de Monumento Nacional. Se trata de una actuación análoga a la realizada entre febrero de 2021 y el mismo mes de 2022 en la parte interna, y que forma parte de un conjunto de cuatro intervenciones entre las que se incluyen también la restauración de las dos antiguas Puertas que se encuentran justo a ambos extremos (la antigua Puerta de la Macarena y la de Córdoba). El objetivo último es proteger y recuperar el buen estado de todo el conjunto, y en el caso concreto del lienzo de muralla, mitigar su deterioro y consolidar las partes que lo precisen.
Financiación del Programa 1,5% Cultural
Como ya ocurriera con el proyecto elaborado para la recuperación de la cara de dentro, el Ayuntamiento de Sevilla vuelve a contar también ahora con ayuda del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana a través del Programa 1,5 % de Fomento del Patrimonio Cultural. En concreto, el Ministerio financia un 44,53 % del total del presupuesto, que salió a licitación por un importe de 1.755.149 euros y que finalmente se adjudicó en 1.331.982 euros.
En esencia, la actuación que se desarrolla ahora sobre la cara externa, difiere únicamente de la realizada en la parte interna en lo concerniente al volumen de las obras, puesto que esta fase incluye también el antemuro o barbacana, la liza (espacio entre la barbacana y la muralla) y las torres, incluida la Torre Blanca en su parte exterior. Como ya se hiciera para la restauración del lienzo intramuros, también en este caso Urbanismo ha contratado la realización de un estudio arqueológico paramental para conocer todas las capas que han ido conformando el monumento actual a lo largo de su historia.
Pasados algo más de seis meses desde el inicio de los trabajos, la empresa a cargo de los mismos - Patrimonio Inteligente- ya ha limpiado y restaurado prácticamente todo el tramo comprendido entre el Arco de la Macarena y el primer portillo, considerado el primero de los tres en los que se han dividido los 560 metros que mide todo el lienzo objeto de la intervención.
Máximo rigor y mínima intervención
La actuación, minuciosa y epidérmica, parte de estudios previos realizados y está basada en los principios de máximo rigor y respeto a los elementos existentes y de mínima intervención, para no alterar en ningún sentido los distintos valores del Patrimonio heredado. Restaurar un bien es aceptarlo tal y como se ha recibido de las generaciones pasadas puesto que, hasta cierto punto, los daños y el desgaste natural reflejan su historia. De este modo, no se actúa sobre las fábricas históricas si no existe peligro de deterioro importante o riesgo de desprendimiento de materiales. El trabajo consiste en dejar la obra en un estado adecuado para garantizar su conservación y estudio sin riesgos, realizando las reparaciones que sean absolutamente necesarias. Por tanto, el criterio básico por el que se rige la intervención es la autenticidad expresiva, según la cual todos los elementos que se mantengan deben constituir un testimonio inequívoco de todos los tiempos transcurridos, garantizando una correcta interpretación.
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Primer tramo de la cara extramuros de la Muralla, ya limpiado y consolidado | Vista de la liza desde su Interior | Trabajos de consolidación dentro de la liza |
Desde este total respeto, los trabajos de restauración en marcha están revelando nuevos detalles de la antigua muralla almohade, principalmente en lo concerniente a sus sistemas constructivos y defensivos.
Una muralla blanquecina con saeteras y lanceras desde las que defenderse
En el primero de estos aspectos, la intervención está permitiendo que aflore el color blanco del hormigón de cal empleado en la fábrica de tapia con que fue construida la Muralla, y que tanto ha contribuido a su desgaste y a la desaparición de algunos de sus elementos. El lienzo que está quedando al descubierto por tanto tras la operación de limpieza y consolidación a la que está siendo sometido, es de un color mucho más claro, casi blanquecino, que el que presentaba antes, fruto pues de la cal empleada en su construcción. Este material era también utilizado como revestimiento protector de la fábrica de tapial; de ahí proviene por ejemplo la denominación de su torre principal como la Torre blanca, sobre la que se ha descubierto también que se accedía a través de una escalera de fábrica construida sobre el mismo paramento, que permaneció hasta el siglo XIX.
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El tono blanquecino es reconocible en el tramo ya intervenido |
El color blanco ha aflorado por la numerosa cal del tapial | Otra óptica de la barbacana con su nuevo aspecto |
De las labores de construcción han aflorado incluso restos físicos de materiales empleados por los almohades en el siglo XIII para levantar la Muralla, como una aguja plana de madera introducida sobre una abertura o “agujal” y que se utilizaba para aguantar el sistema de encofrado durante la construcción.
Otro de las evidencias que han quedado al descubierto es que el nivel del suelo de la Muralla ha sido alterado, de tal forma que la cota del primer tramo en el que ya se ha intervenido es más baja que la de los siguientes, dejando al descubierto los cimientos y, bastante más arriba de éstos, los desagües primitivos.
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"Agujal" con aguja de madera (del siglo XIII) en su interior | Desagüe primitivo a una cota inferior a la original |
En cuanto a la función defensiva de la Muralla, las huellas de este cometido principal están presentes en los muchos huecos que a modo de saeteras -o aspilleras- y lanceras están abiertos en la pared de la liza que linda con el foso. Desde las primeras se lanzaban flechas con arcos a los enemigos que habiendo accedido al foso intentaran escalar la muralla para penetrar en la ciudad, y desde las segundas se les atacaba con lanzas.
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Oquedades que se aprecian en la muralla desde el interior de la liza | Saetera o aspillera desde donde se tiraban las flechas | Lancera desde la que se arrojaban las lanzas |
No son los únicos huecos que existen en esta cara de la Muralla, porque en la pared de la barbacana o antemuro, el más visible desde la calle, se han encontrado accesos a antiguos nidos de vencejos, que igual que todos los restantes hallazgos, está siendo limpiados y protegidos según los criterios de una bióloga, experta en avifauna, incorporada al equipo de trabajo de la empresa adjudicataria.
Concluidos ya los trabajos en el primer tramo, la actividad se centra ahora en el segundo de los trayectos acotados, el que va del primero al segundo portillo. Aquí también, como en el tercer y último tramo delimitado, se actuará para proteger y mejorar su conservación a través de las distintas trazas históricas que han quedado impresas, con todo su potencial narrativo.
La actuación al completo estará terminada en abril del próximo año. Hasta ese momento, la restauración de la Muralla de la Macarena nos seguirá dejando pistas de lo ocurrido durante los ocho siglos que lleva en pie. Si se borraran esas huellas o reminiscencias se perdería para siempre la oportunidad de seguir leyendo la parte de la historia de Sevilla que ha quedado escrita en su lienzo, el más extenso que ha sobrevivido de esta antigua fortaleza.
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