Esas piedras que nos miran
* Urbanismo refuerza el contrato para la conservación de los bienes y monumentos de la vía pública, incrementando en un 16 por ciento su presupuesto para los próximos dos años
04/10/2021
La calle es el espacio común de los ciudadanos, el lugar donde confluyen recorridos y encuentros, y el mejor medidor del pulso urbano. Recurrimos a la metonimia para referirnos a la calle como la sociedad. Decimos que habla la calle cuando es la población la que se manifiesta, y no hay manifestación más evidente de un sentimiento, una protestación o una desaprobación que cuando para exponerlos se toman las calles.
Es el lugar también predestinado por excelencia a albergar los elementos que la ciudad ha ido construyendo para su propia identificación y con los que rinde homenaje a su historia. El espacio público es el sitio donde las ciudades revelan su memoria y donde se sigue escribiendo ésta. Cada obra pública, arquitectónica o escultórica es un renglón en el libro historiográfico de una ciudad.
Las calles de Sevilla, como las de tantas otras urbes, rezuman historia. Está escrita en sus puentes, en sus calzadas, sus jardines legendarios, sus torres, sus edificios, en los lienzos de muralla que aún se mantienen en pie, en las columnas de la Alameda o dela calle Mármoles, en los restos que se conservan de las culturas que nos precedieron, y también en sus fuentes, sus esculturas, sus placas conmemorativas, sus retablos...
Cada uno de estos elementos puede ser un documento excepcional sobre el desarrollo urbanístico y la transformación urbana y es, en todo caso, un reclamo a la memoria de algo o de alguien, emplazándonos a evocar a un personaje, una circunstancia o un momento histórico. Encierran en sí mismos un valor intangible y subjetivo que trasciende la piedra, los ladrillos o las paredes. Con su presencia, la ciudad se expresa, se reinvica y se justifica, y así como las vidrieras de las grandes catedrales actuaban en épocas pasadas como vehículos de expresión y simbolismo, Sevilla también se cuenta a través de sus monumentos. Cuidar de ellos es por tanto cuidar de nuestro patrimonio y nuestro pasado.
La Gerencia de Urbanismo, el organismo encargado de velar por el adecuado estado de los monumentos
Del amplio patrimonio monumental que salpica sus calles y sus plazas, el Ayuntamiento de Sevilla tiene atribuida la custodia de los bienes históricos vinculados al viario y a los espacios libres, responsabilidad que recae en la Gerencia de Urbanismo y Medio Ambiente. Este organismo es el encargado por tanto de controlar sus estados para valorar posibles intervenciones, programarlas y llevarlas a cabo cuando es preciso. La redacción y realización de proyectos de rehabilitación y restauración de los monumentos en viarios públicos es una tarea asidua y continuada que se dirige y se acomete desde los Servicios de Proyectos y Obras y, de Renovación Urbana y Conservación.
La importancia de conservar para preservar los bienes
Pero además de la restauración y rehabilitación, hay otro aspecto no menos importante a cuidar y de igual modo determinante para garantizar el correcto estado de los monumentos que pueblan nuestras calles y plazas. Nos estamos refiriendo a la conservación y mantenimiento como medida de prevención y aseguramiento de sus valores estéticos e históricos. Por su capacidad de protección, las actuaciones de conservación juegan un papel fundamental en el cuidado de los bienes monumentales, en la medida en que previenen daños y deterioros que obliguen más tarde a complejas intervenciones de restauración.
Estas labores de prevención se realizan a través de dos contratos que celebra periódicamente la Gerencia de Urbanismo. Más allá de las medidas de conservación que se programan en el marco de éstos, su existencia garantiza también que se pueda actuar de forma inmediata en casos de urgencia, puesto que permite contar con un equipo profesional con los medios técnicos y humanos necesarios para actuar en este tipo de situaciones.
Al primero de ellos, dotado en su última adjudicación producida en abril de este año con 69.000 euros, corresponde la conservación de los monumentos de carácter mueble (esculturas, fuentes ornamentales, placas conmemorativas, retablos y mobiliario histórico). Decenas de monumentos han sido tratados en los últimos años con cargo a esta contratación, lo que ha permitido en todos los casos devolverles plenamente su esplendor.
Las últimas actuaciones, ya en el marco del contrato actualmente en vigor se han realizado en la escultura al guitarrista Niño Ricardo -en la Plaza Cristo de Burgos-, la estatua del Papa Juan Pablo II -en la Plaza Virgen de los Reyes-, el monumento a Simón Bolívar -en el Paseo de las Delicias-, el del Cid -en la Avda. del mismo nombre-, el dedicado a Mozart, junto al Teatro de la Maestranza -en el Paseo Colón-, las esculturas dedicadas a los pintores Murillo y Zurbarán -en las Plazas del Museo y de Pilatos, respectivamente-, la fuente de la Glorieta de los Marineros, en el Paseo de las Delicias y, el monumento erigido a la figura de Antonio Machado, junto al Palacio de Dueñas.
El segundo contrato va dirigido a aquellos bienes del patrimonio histórico municipal que no forman parte de ningún edificio o servicio municipal. En este grupo se integran por el momento catorce monumentos, entre los que se encuentran los distintos lienzos de la muralla almohade, las portadas de dos jardines históricos como son los de la Buhaira y de la Cruz del Campo, el humilladero medieval conocido como Templete de esta última, el Arco del Postigo del aceite y el Arquillo de la O del Callejón de la Inquisición, el busto en la calle Candilejo que representa al Rey Pedro I y, los restos romanos que perviven en las columnas dela calle Mármoles, las cisternas de agua de la Plaza de la Pescadería y la calzada de la Avenida de Roma. No es una lista cerrada sino abierta en todo caso a posibles nuevas incorporaciones de bienes patrimoniales igualmente singulares y de análogas características.
Un contrato mejorado para los próximos dos años
El último contrato celebrado para el mantenimiento de estos bienes expira a finales de este mes de octubre. Para garantizar que no se interrumpan estos trabajos, Urbanismo inició hace semanas los trámites para contratar el siguiente. Y en esta ocasión, se hará con cambios respecto al anterior. El primero afecta a su duración. El próximo contrato de mantenimiento de los Bienes integrantes del Patrimonio Histórico municipal vinculados a la vía pública o espacios públicos tendrá carácter bianual, por lo que su duración se extenderá a dos años en vez de uno. Con esta mayor temporalidad se garantiza la ejecución de intervenciones más amplias sin tener que tramitar prórrogas del contrato. La segunda novedad afecta al presupuesto, que se incrementa alrededor de un 16 por ciento anual respecto a la cuantía del anterior. De esta forma, frente a los 121.000 euros con que estaba dotado el contrato que ahora expira, el nuevo a celebrar destina la cantidad de 280.000 euros para intervenciones que se programen en los siguientes dos años, a contar desde el momento de su adjudicación.
A lo largo de este último la Gerencia de Urbanismo ha actuado hasta en ocho de estos bienes. La más reciente de las intervenciones realizadas con cargo al contrato que termina se ha realizado sobre las tres columnas de origen romano de la calle Mármoles.Urbanismo ha desarrollado una actuación para consolidarlas y preservarlas. Y antes de éstas fueron las de la Alameda, en concreto las del extremo sur, las intervenidas para eliminar sobre todo pintadas de su pedestal, misma finalidad que la que tuvo también una actuación en las portadas del Parque de la Buhaira.
Técnicos de la empresa restauradora observan una de las columnas de la calle Mármoles, recientemente intervenidas
Con este contrato Urbanismo ha inspeccionado también los paramentos del Arco del Postigo para recabar datos de cara a una siguiente intervención, ha limpiado y consolidado el tramo de muralla de a calle Santander e intervenido también para conservar el lienzo de la antigua cerca que permanece en lo que fue la Puerta Real, entre las calles San Laureano y Goles. Más al norte, en el tramo de muralla de la Macarena, también se tuvo que colocar una red de seguridad ante posibles desprendimientos.
Arco del Postigo del Aceite | Lienzo de muralla de la calle Santander | Arranque de la muralla en la Puerta Real |
El Templete de la Cruz del Campo, que ya fue intervenido un año antes para reponer elementos rotos o desaparecidos del cerramiento perimetral de lanzas de forja de este monumento, ha vuelto a ser objeto de nuevo de la atención de la Gerencia de Urbanismo durante este año, que ha actuado en esta ocasión para mantenerlo libre de toda vegetación vascular y espontánea a su alrededor.
Concluidas todas estas actuaciones, Urbanismo elabora ya la lista de las que serán las siguientes. Habrá que tener en cuenta las que aún están pendientes y son ahora prioritarias, pero también habrá que evaluar las condiciones en las que se encuentra cada uno de estos bienes y considerar los daños que hayan podido aparecer en los últimos meses y los que puedan surgir de forma espontánea, como consecuencia de agresiones externas no esperadas, como los grafitis.
En cualquier caso, uno de los monumentos que podrá ser intervenido es el de los restos de las Cisternas romanas de la Plaza de la Pescadería, utilizadas allá por el siglo I para almacenar el agua que entraba en Sevilla a través de los Caños de Carmona. Entre las previsiones de la Gerencia de Urbanismo también se encuentran nuevamente el lienzo de la Muralla que permanece junto a la Casa de la Moneda y el busto del Rey don Pedro I de Castilla, apodado el cruel, que se ubica en una fachada dela calle Candilejo.
Interior de las cisternas romanas de la Plaza de la Pescadería | Fachada del inmueble donde se ubica el busto del Rey Pedro I |